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LA REVISTA DEL PERONISMO LIBERAL Colección Noviembre 2009- Febrero 2011

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7 ago 2010

PANORAMA POLÍTICO SEMANAL

Kirchner contribuye a que
se consolide una alternativa

por Jorge Raventos



Desde que se conoció el sanguinario asalto que diez días atrás sufrió en La Plata la señora Carolina Piparo el país ha vivido estremecido. Embarazada y atacada a balazos al salir de un banco, la mujer lucha aún por su vida en la sala de terapia intensiva de un hospital bonaerense mientras su bebé, alumbrado de emergencia y por cesárea, terminó muriendo como producto de los sufrimientos padecidos.

La desalmada agresión se transformó en una metáfora lacerante de la atmósfera de inseguridad que golpea a la Argentina. Ante el tremendo impacto hubo reacciones saludables, como la del gobernador bonaerense Daniel Scioli, que se ocupó personalmente de la familia de las víctimas, adoptó una postura activa frente al problema y admitió que aceptará ayuda “de quien sea” para enfrentar el desafío del delito a la seguridad. El puente tendido por el gobernador fue atravesado por varios dirigentes opositores, que interpretaron ese gesto como una apertura al diálogo sobre un asunto que se ha convertido en la principal preocupación ciudadana. Después de tanto tiempo de soportar que se afirme que la inseguridad “es una sensación”, el reconocimiento de que el problema tiene existencia real y de que el poder del Estado hasta el momento se muestra impotente para abordarlo con eficacia implica al menos un primer paso en la dirección correcta: no se puede remediar un mal cuya evidencia se ignora o se niega.

De todos modos, ante el clima de pálido desasosiego fue notable el silencio presidencial. La Casa Rosada –con su actual huésped y con el anterior- parece considerar que debe tomar larga distancia de las tragedias. Se recuerda aún su comportamiento cuando ocurrió la de la discoteca Cromagnon: el matrimonio presidencial (entonces las formalidades actuales estaban invertidas) permaneció en silencio en el lejano Calafate, postergando cualquier signo piadoso hasta no verificar su posible rédito político.

Cristina de Kirchner consideró esta semana más importante concentrarse en varios párrafos irritados contra los líderes opositores que se sentaron a discutir políticas con la dirigencia del campo y a los que aceptaron una invitación del director ejecutivo del Grupo Clarín, que referirse a lo ocurrido a la desdichada señora Piparo y a su bebé. En la Casa Rosada se intuye (con alguna certeza) que la opinión pública carga la factura de la inseguridad a la cuenta del gobierno nacional y saca en conclusión que ese tema mejor no menearlo.

Con cierta lógica, el gobierno prefiere hablar de otras cosas. De la economía, por ejemplo. La Argentina creció en el primer semestre de 2010 a un ritmo de entre 8 y 9 por ciento (de acuerdo al analista que se consulte). Una performance notable.

La señora de Kirchner la atribuye a lo que llama “el modelo”, un eufemismo para hablar de la gestión K. Si el crecimiento es indiscutible, sobre las causas hay discrepancias.

En rigor, a varios de los países vecinos (que no gozan del “modelo K”) las cosas les han ido igual o mejor que a la Argentina. Chile se recupera vertiginosamente de una catastrófica cadena de terremotos merced a la pujanza productiva y exportadora de su economía; Brasil es ya una potencia de alcance mundial, líder en alimentos, energía y biocombustibles, ha incorporado al consumo a decenas de millones de personas que estaban en la indigencia y se ha convertido en una sociedad mayoritariamente de clase media; Perú es el país de mayor crecimiento per capita de la región.

Todos ellos comparten con la Argentina esta coyuntura histórica en la que los cambios globales ofrecen a nuestros países una gran oportunidad.

Nuestro país no contaba con una situación mundial tan favorable desde que concluyó esa fase incipiente de globalización que se extendió desde finales del siglo XIX hasta la crisis de 1930. Entonces el país estaba perfectamente preparado para producir y ofrecer mercancías que el mercado recibía y pagaba a buen precio. Argentina no podía dejar de progresar en esas condiciones, y lo hizo a través de administraciones de distinto signo y con distintos acentos sobre las consecuencias en el plano interno y más allá de los errores eventuales de sus gobiernos.

Después de la crisis del 30 y de los cambios mundiales que sobrevinieron (guerra, proteccionismo, guerra fría, un crecimiento de posguerra que se centró en el comercio entre países avanzados) el pais, que parecía haber tenido todo servido sufrió una pérdida grande. En principio, perdió un rol de importancia en el mundo. La nueva globalización y el papel creciente que en ella juegan las potencias emergentes como China, India y el propio Brasil, le ofrecen ahora a la Argentina una nueva oportunidad. Una vez más el mundo quiere comprar (y con precios que ascienden) lo que Argentina produce con calidad, eficiencia y en cantidades que no han encontrado un límite. Es esa circunstancia (y no el “modelo”) lo que explica el crecimiento.

El “modelo K” más bien explica los límites de ese crecimiento y sus deformaciones: la inflación creciente, la ineficiencia, el despilfarro de los subsidios cruzados y el desaliento a la inversión de las políticas tarifarias, la burocracia y la cleptocracia. Si el verdadero motor del modelo se encuentra en la existencia de cadenas de valor eficientes y globalmente competitivas como, en primer lugar, la cadena agroindustrial alimentaria, la lógica del modelo K reside en sofocar y expoliar ese motor, para derivar los resultados de su productividad y su competitividad hacia el barril sin fondo de la ineficiencia y el clientelismo, obstruyendo el genuino proceso de acumulación y desarrollo y, así, los caminos para el progreso social y la transformación de las masas clientelizadas en trabajadores en blanco y en ciudadanos libres; con sueldos y sindicatos, no con “capangas”; con derechos propios y no retenidos por los mecanismos subyugantes de la limosna arbitraria. Forma parte de esa lógica la baja calidad institucional. Sobran ejemplos: la provincia de Santa Cruz incumple la intimación de la Corte Suprema de reponer en sus funciones al Procurador que Kirchner desplazó; organismos de inteligencia le retacean información a la comisión del Poder Legislativo que debe monitorearlos; un gobernador (el de la Capital Federal) denuncia maniobras para destituirlo impulsadas por el marido de la Presidente con la colaboración de la Policía Federal y la SIDE; en fin, es público y notorio el bicefalismo institucional: el esposo de la Presidente ejerce porciones de poder que legalmente pertenecen en exclusividad al titular del Poder Ejecutivo. Esa baja calidad institucional se traduce en reticencia de la inversión local y extranjera y en un aislamiento que perjudica las posibilidades del país.

La lógica política de ese “modelo K” es la confrontación permanente, una guerra que no se limita a la puja con rivales partidarios, sino que procura la eliminación de quienes puedan ponerle límites en la influencia sobre la sociedad o quienes se resisten al proceso rentístico, centralizador y confiscatorio que ese modelo encarna.

La mecánica de esa política tiene a Kirchner como el impulsor máximo del conflicto político y, si se quiere, el organizador de las partes de ese conflicto. Es el mismo Kirchner el que, con su afán de concentrar poder, agrupa y desagrupa sus propias fuerzas, impulsando al ruedo a aquellos en quienes ve menos posibilidades para hostigar y esmerilar a otros que se perfilan con más posibilidades y mejores cifras que él mismo como eventuales candidatos del sector.

Es él, asimismo, el que contribuye a la convergencia del campo adversario, al impulsar al conjunto de sus enemigos a la ayuda mutua para enfrentar el peligro de su estrategia destructiva.

Las reuniones que provocaron las últimas iras de la Presidente y de los voceros de Olivos–el encuentro de líderes del peronismo federal en el domicilio de Héctor Magnetto, el CEO de Clarín y la reunión de dirigentes opositores con el ruralismo- son manifestaciones de esa tendencia. Kirchner lo hizo. El modelo K pone en la misma vereda a las fuerzas de la producción competitiva, al peronismo disidente, al resto de la oposición, a los medios acosados por la presión estatal.

El mundo se hace cargo de darle a la Argentina una oportunidad de crecimiento sostenido y prolongado. Kirchner se ocupa de agrupar a la oposición. Sólo hace falta que la alternativa exponga su programa y se corporice.

CONTENIDO

PANORAMA POLÍTICO SEMANAL
por Jorge Raventos
(click en la etiqueta para panoramas anteriores)

ANESTESIA SIN CIRUGÍA
por Diana Ferraro

PRODUCCIÓN Y CONSUMO: UN DILEMA ARGENTINO
por Víctor E. Lapegna

2011: ¿Y AHORA QUÉ?
por Diana Ferraro

UNA LECTURA DE LA BATALLA DE VILLA SOLDATI
por Victor E.Lapegna

LA MALA VIDA
por Claudio Chaves

LA RESTAURACIÓN LIBERAL
por Diana Ferraro

A GRANDES MENTIRAS, GRANDES VERDADES
por Diana Ferraro

LA MUERTE DE KIRCHNER PRIVA AL GOBIERNO DE SU VIGA MAESTRA
por Jorge Raventos

LA UNIFICACIÓN DEL PERONISMO
por Diana Ferraro

RETENCIONES: NO A LA SEGMENTACIÓN
por Gabriel Vénica

EL TIEMPO DE LOS POROTOS
por Diana Ferraro

KIRCHNER: CAPITALISMO DE AMIGOS Y PARTIDO DEL ESTADO
por Pascual Albanese

EL PERONISMO LIBERAL Y MAURICIO MACRI
por Diana Ferraro


ARGENTINA EN LA ECONOMIA GLOBAL - I y II
por Domingo Cavallo


EL PERONISMO LIBERAL Y EL DERECHO DE FAMILIA
por Diana Ferraro

EL DESFILADERO
por Diana Ferraro

HUMOR
por Enrique Breccia


ANOTACIONES SOBRE LOS CAMBIOS EN EL AGRO ARGENTINO (DE ANCHORENA A GROBOCOPATEL)
por Daniel V. González

EL DISCURSO SIN CANDIDATO
por Diana Ferraro

LA SECRETARÍA DE CULTURA Y EL RETROPROGRESISMO
por Claudio Chaves

DESCENTRALIZACIÓN: LA LLAVE DE LA NUEVA ECONOMÍA
por Diana Ferraro

LA V DE LA VENGANZA
por Claudio Chaves

ALGUNOS PROBLEMAS DEL POPULISMO
por Daniel V. González

PERONISMO PORTEÑO: PROPUESTA
por Victor Eduardo Lapegna

LA REVOLUCIÓN SIN NOMBRE
por Diana Ferraro

FEDERALISMO O POPULISMO
por Claudio Chaves

ELOGIO DE LA VERDAD
por Diana Ferraro

CONDUCCIÓN, CONDUCCIÓN
por Diana Ferraro

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO
por Claudio Chaves


LOS BOQUETEROS Y EL PERONISMO FEDERAL
por Diana Ferraro

QUÉ QUEDÓ DE LA VIEJA IZQUIERDA
por Claudio Chaves


EL CAPITAL POLÍTICO
por Diana Ferraro

LOS MOTORES DEL CAMBIO
CIPPEC

DINERO Y CRÉDITO
por Domingo Cavallo

RETENCIONES CERO
por Gabriel Vénica

LOS MOTORES DEL CAMBIO
Los Productores Autoconvocados

LA AGONÍA ARGENTINA
por Diana Ferraro

10 RAZONES FEDERALES PARA DECIRLE NO AL AUMENTO DE LOS IMPUESTOS
por Gabriel Vénica


EL CAPITAL DEL PUEBLO
por Diana Ferraro

EL PODER EJECUTIVO DESAFÍA LA LEGALIDAD
por el Senador Carlos Saul Menem

LA HOJA DE RUTA DEL PERONISMO LIBERAL
por Diana Ferraro

EL PERONISMO Y UN NUEVO BLOQUE HISTÓRICO
por Jorge Raventos


DOCUMENTO CONFEDERACIÓN DE AGRUPACIONES PERONISTAS PORTEÑAS

LA FUSIÓN PERONISTA-LIBERAL
por Diana Ferraro

EL LIBERALISMO Y LA CONSTRUCCIÓN DE PODER
por Jorge Raventos


CONSENSO PARA EL PROGRESO
por Domingo Cavallo

UNA REORGANIZACIÓN DEMOCRÁTICA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
por Víctor Eduardo Lapegna

LA PRUEBA HISTÓRICA DE UN FRAUDE INTELECTUAL
por Domingo Cavallo


A LA BÚSQUEDA DE UN NUEVO MODELO PRODUCTIVO Y DEL BIENESTAR
por Armando Caro Figueroa


LA POBREZA EN LA ARGENTINA Y COMO COMBATIRLA
por Víctor E. Lapegna


ES MEJOR SUBSIDIAR LA NUTRICIÓN
por Juan J. Llach y Sergio Britos

PRESENTACIÓN DE PERONISMO LIBRE
por Diana Ferraro


CONTACTO

Propuesta y Coordinación de Peronismo Libre:
Diana Ferraro
diana.ferraro@gmail.com

Colaboraciones:
Enviarlas a:
peronismolibre@gmail.com

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