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LA REVISTA DEL PERONISMO LIBERAL Colección Noviembre 2009- Febrero 2011

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14 ago 2010

PANORAMA POLÍTICO SEMANAL

La contradicción fundamental según Elisa Carrió
por Jorge Raventos



Por momentos, el arco partidario opositor al gobierno K luce como un show de pirotecnia: los fogonazos se recortan sobre el fondo oscuro, las explosiones suenan con más volumen que los argumentos, los destellos sobreexponen las imágenes y a menudo obnubilan a los protagonistas. Es obvio que muchos de los componentes de ese conglomerado de fuerzas disfrutan de la función: los opositores tienen una riquísima vida pública de debates, discusiones y querellas públicas.

En ese sentido, nadie podría negarle a Elisa Carrió el máximo estrellato en el espectáculo. Ella sabe que se ha hecho fama de intolerante y hasta se adelanta a veces a pedir disculpas por su dureza, pero evidentemente está convencida de que no debe cambiar el estilo rotundo y profético con el que rigorea por igual a adversarios y a aliados: cree probablemente que exhibir ese carácter la singulariza y, en última instancia, le rendirá réditos políticos. Esta semana reiteró su peculiaridad y embistió contra la estructura realmente existente del Acuerdo Cívico y Social, el fragmento no-peronista (o pan-radical, si se quiere) de la oposición a Néstor Kirchner en el que la Coalición Cívica de Carrió ha convivido con la UCR, el GEN de Margarita Stolbizer y el Partido Socialista.

La fundadora de la Coalición Cívica envió una carta a cuatro dirigentes de la UCR en la que sugirió que su fuerza podría alejarse del Acuerdo y si bien la mayoría de los análisis periodísticos inmediatos consideraron que con esa misiva Carrió había “roto” con la coalición pan-radical, basta leer atentamente sus doce párrafos para comprender que tal ruptura no está enunciada, sino sólo metafóricamente evocada y, en cualquier caso, supeditada a lo que resuelva “la Confederación Coalición Cívica en veinte días, ellos tienen la decisión final”.

La señora Carrió a la que se le reconocen sus virtudes como verdadero ariete de la oposición cuando enfila sus cañones contra el gobierno, con frecuencia se vuelve culpable de disparar fuego amigo contra el campo en el que se supone que milita. En rigor, sucede que ella rechaza la idea de que el conflicto deba definirse en términos de oficialismo y oposición; ella concibe más bien el enfrentamiento alineado sobre otro eje: buenos y malos, pasado y futuro o, si se quiere, réprobos y elegidos. Esa es la contradicción fundamental según Carrió. En el campo de los malos, del pasado, de los réprobos ubica por cierto a los Kirchner, pero también a muchos de los que están en los partidos del acuerdo en el que ella todavía está inscripta, dirigentes a los que describe como “gerentes (…)del viejo corporativismo cínico y corrupto de la Argentina”. El lenguaje milenarista parece arrastrar a Carrió (y eventualmente a los dirigentes de la Coalición sugestionados por esa concepción) a una opción estratégica extrema: colocar en el mismo plano y otorgar la misma jerarquía y la misma prioridad al enfrentamiento con el gobierno y al choque con “los réprobos” de la oposición implica sobredimensionar la propia fuerza de la Coalición Cívica para encarar varias batallas simultáneas, correr el riesgo del aislamiento y la irrelevancia y asumir además la actitud arrogante de intervenir en la vida interna de los partidos aliados, señalándoles quiénes deben ser sus representantes y candidatos si quieren hacerse merecedores de una alianza con la fuerza de Carrió. Para colmo, la determinación de quiénes deben ser contabilizados como malos y quienes como elegidos suena a veces más caprichosa que objetiva: el haber sido aliado de los Kirchner, que ella usa como dato descalificatorio para juzgar, por caso, al vicepresidente Cobos, no resulta una objeción para otros personajes a quienes Carrió corteja, mima o simplemente admite. Al final del camino, la apuesta que haga la Coalición Cívica encontrará una respuesta de su electorado. Si se basa en un cálculo inexacto puede sobrevenir un derrumbe: que la jugada sea considerada una ayuda objetiva a la fuerza a la que los seguidores potenciales de la Coalición consideren como el adversario principal a derrotar.

Aunque en las últimas líneas de su carta la filosa dirigente cívica señala que “no sabemos vivir en la ambigüedad permanente y en la especulación eterna”, el mismo texto expresa a los dirigentes radicales a los que se dirigio la esperanza de que “podamos formar parte de una coalición gobernante que cambie la Argentina”. En suma, que por ahora, los relámpagos epistolares no pasan de un intento de reforzar el posicionamiento al que –quizás por carecer de la fuerza organizada de otros partidos- aspira la jefa de la Coalición, de “autoridad moral” de la oposición en condiciones de distribuir castigos y absoluciones.

Los dirigentes más medidos del acuerdo panradical (incluidos algunos de los aludidos por ella) procuraron no responder a la carta de Carrió con irritación: todos son concientes de que, muchas o pocas, las voluntades que la Coalición Cívica termine canalizando son importantes en la pulseada con el gobierno K y sería un crimen que quedaran esterilizadas y separadas de un cauce amplio y una alternativa fuerte, porque los votos para pelear un comicio se suman de a uno.

Otros dirigentes, en cambio, pensando menos desde una perspectiva amplia y un poco más en la competencia que los hombres de la Coalición pueden representar en sus distritos a la hora de discutir la conformación de las boletas electorales, se alegraron discretamente de la posibilidad de que Carrió concrete su sugerencia de ruptura: con menos comensales la torta se agranda, calculan (erróneamente).

El socialista Hermes Binner demostró en la semana que un tropezón no es caída y que no está mal usar la marcha atrás: a principios de semana pareció haber adoptado el libreto argumental del gobierno en el tema de las retenciones (“debe fijarlas el Poder Ejecutivo”, había declarado con cierta precipitación); advertido de la equívoca postura por las críticas del ruralismo y las indicaciones de algunos compañeros, volvió sobre sus pasos al comprender además que ese traspié verbal aislaba a su partido del frente con la UCR y era utilizado simultáneamente por la Casa Rosada para enfrentar al campo y por Elisa Carrió para justificar sus reclamos ante el Acuerdo Cívico.

Al terminar la semana, cuando sus fuegos artifíciales ya se habían consumido, el Acuerdo parecía estar en condiciones semejantes (tan sólido o tan endeble, tan firme o tan complicado) a las que reinaban al comienzo del espectáculo. La amenaza de Carrió era definida por Patricia Bullrich: “no es una ruptura, es una impasse”.
El peronismo federal, que también procesa en público sus rispideces, marcha en unidad hacia un acto en septiembre y congrega a sus segundas líneas y sus cuadros técnicos. El amplio arco de la oposición, como se ha dicho, exhibe sin pudores sus debates y sus cinchadas de posicionamiento. Pero consigue sostener, así sea trabajosamente, un núcleo de acuerdos que en la última semana le permitió una importante victoria en el Senado en el proyecto sobre normalización y reforma del INDEC.

No vaya a creerse que del otro lado de la línea reina la quietud: el oficialismo tiene sus propias luchas intestinas, sus propias diferencias, está cruzado por sospechas recíprocas entre importantes referentes, las candidaturas que muchos proclaman apoyar sin vacilaciones son minuciosamente analizadas, sopesadas (y a veces cuestionadas) entre cuatro paredes.

La oposición debate vivamente en público. En el oficialismo por ahora se discute clandestinamente. Pero en ambos campos los tiempos se aceleran, mientras la realidad fuera de la política (inseguridad, inflación, por ejemplo) exhibe su propio vértigo, sus propias urgencias.

CONTENIDO

PANORAMA POLÍTICO SEMANAL
por Jorge Raventos
(click en la etiqueta para panoramas anteriores)

ANESTESIA SIN CIRUGÍA
por Diana Ferraro

PRODUCCIÓN Y CONSUMO: UN DILEMA ARGENTINO
por Víctor E. Lapegna

2011: ¿Y AHORA QUÉ?
por Diana Ferraro

UNA LECTURA DE LA BATALLA DE VILLA SOLDATI
por Victor E.Lapegna

LA MALA VIDA
por Claudio Chaves

LA RESTAURACIÓN LIBERAL
por Diana Ferraro

A GRANDES MENTIRAS, GRANDES VERDADES
por Diana Ferraro

LA MUERTE DE KIRCHNER PRIVA AL GOBIERNO DE SU VIGA MAESTRA
por Jorge Raventos

LA UNIFICACIÓN DEL PERONISMO
por Diana Ferraro

RETENCIONES: NO A LA SEGMENTACIÓN
por Gabriel Vénica

EL TIEMPO DE LOS POROTOS
por Diana Ferraro

KIRCHNER: CAPITALISMO DE AMIGOS Y PARTIDO DEL ESTADO
por Pascual Albanese

EL PERONISMO LIBERAL Y MAURICIO MACRI
por Diana Ferraro


ARGENTINA EN LA ECONOMIA GLOBAL - I y II
por Domingo Cavallo


EL PERONISMO LIBERAL Y EL DERECHO DE FAMILIA
por Diana Ferraro

EL DESFILADERO
por Diana Ferraro

HUMOR
por Enrique Breccia


ANOTACIONES SOBRE LOS CAMBIOS EN EL AGRO ARGENTINO (DE ANCHORENA A GROBOCOPATEL)
por Daniel V. González

EL DISCURSO SIN CANDIDATO
por Diana Ferraro

LA SECRETARÍA DE CULTURA Y EL RETROPROGRESISMO
por Claudio Chaves

DESCENTRALIZACIÓN: LA LLAVE DE LA NUEVA ECONOMÍA
por Diana Ferraro

LA V DE LA VENGANZA
por Claudio Chaves

ALGUNOS PROBLEMAS DEL POPULISMO
por Daniel V. González

PERONISMO PORTEÑO: PROPUESTA
por Victor Eduardo Lapegna

LA REVOLUCIÓN SIN NOMBRE
por Diana Ferraro

FEDERALISMO O POPULISMO
por Claudio Chaves

ELOGIO DE LA VERDAD
por Diana Ferraro

CONDUCCIÓN, CONDUCCIÓN
por Diana Ferraro

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO
por Claudio Chaves


LOS BOQUETEROS Y EL PERONISMO FEDERAL
por Diana Ferraro

QUÉ QUEDÓ DE LA VIEJA IZQUIERDA
por Claudio Chaves


EL CAPITAL POLÍTICO
por Diana Ferraro

LOS MOTORES DEL CAMBIO
CIPPEC

DINERO Y CRÉDITO
por Domingo Cavallo

RETENCIONES CERO
por Gabriel Vénica

LOS MOTORES DEL CAMBIO
Los Productores Autoconvocados

LA AGONÍA ARGENTINA
por Diana Ferraro

10 RAZONES FEDERALES PARA DECIRLE NO AL AUMENTO DE LOS IMPUESTOS
por Gabriel Vénica


EL CAPITAL DEL PUEBLO
por Diana Ferraro

EL PODER EJECUTIVO DESAFÍA LA LEGALIDAD
por el Senador Carlos Saul Menem

LA HOJA DE RUTA DEL PERONISMO LIBERAL
por Diana Ferraro

EL PERONISMO Y UN NUEVO BLOQUE HISTÓRICO
por Jorge Raventos


DOCUMENTO CONFEDERACIÓN DE AGRUPACIONES PERONISTAS PORTEÑAS

LA FUSIÓN PERONISTA-LIBERAL
por Diana Ferraro

EL LIBERALISMO Y LA CONSTRUCCIÓN DE PODER
por Jorge Raventos


CONSENSO PARA EL PROGRESO
por Domingo Cavallo

UNA REORGANIZACIÓN DEMOCRÁTICA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
por Víctor Eduardo Lapegna

LA PRUEBA HISTÓRICA DE UN FRAUDE INTELECTUAL
por Domingo Cavallo


A LA BÚSQUEDA DE UN NUEVO MODELO PRODUCTIVO Y DEL BIENESTAR
por Armando Caro Figueroa


LA POBREZA EN LA ARGENTINA Y COMO COMBATIRLA
por Víctor E. Lapegna


ES MEJOR SUBSIDIAR LA NUTRICIÓN
por Juan J. Llach y Sergio Britos

PRESENTACIÓN DE PERONISMO LIBRE
por Diana Ferraro


CONTACTO

Propuesta y Coordinación de Peronismo Libre:
Diana Ferraro
diana.ferraro@gmail.com

Colaboraciones:
Enviarlas a:
peronismolibre@gmail.com

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